Lo que Andrea Janeiro puede enseñar a nuestros hijos
Hace unos días, la hija de una de las caras más conocidas de la prensa rosa española cumplió la mayoría de edad.
Hasta entonces, Belén Esteban se había encargado de intentar proteger la imagen de su hija lo máximo posible, evitando que las revistas y televisiones del país mostrasen su cara, por lo que, hasta el pasado 20 de julio la hemos visto siempre pixelada en los medios.
Hoy, la cara de Andrea Janeiro ocupa todas las portadas, los programas del corazón y los memes en internet.
Hoy, media España ha decidido que la cara de la adolescente es asunto nacional.
Cientos y cientos de españoles y españolas han decidido que tienen que dar su opinión sobre el físico de Andrea.
Muchas personas han entrado a defenderla explicando que tiene algún que otro problema que condiciona en parte su anatomía.
Qué hartura tener que estar siempre contando nuestro historial médico para justificar nuestro cuerpo.
La sociedad nos empuja a estar y ser siempre perfectas. Dan igual los motivos por los que a ojos de esa misma sociedad no estamos lo suficientemente guapas, lo importante es la apariencia. Da igual si tu interior está podrido y te dedicas a humillar a las personas. Si tu carcasa es bonita, eso te da derecho a reírte de la del prójimo.
Un minuto de silencio por la sociedad.
La mayoría de la gente que está insultando a la pobre chica, es la misma que día a día critica a quienes consumen prensa rosa porque lo consideran vulgar.
Todos critican Sálvame porque hablan de la vida de los demás, pero cuando la hija de una de sus colaboradoras, ajena a todo ese mundo hasta entonces, aparece en los medios, nos dedicamos a hablar de su barbilla.
Un minuto de silencio por la coherencia.
De hecho, la excusa de una gran parte de la gente que se está burlando de Andrea Janeiro es que su madre es Belén Esteban.
Como Belén Esteban vende su vida y sale en la televisión, los demás tenemos derecho a reírnos de su hija.
Que no hubiera contado todos sus problemas en las revistas, y seguro que nadie se burlaba de Andrea, dicen algunos.
La culpa es de ellas que van provocando.
Déjà vu.
¿Acaso la profesión de alguien nos da derecho a insultar? ¿Acaso si yo cuento mi vida, por ejemplo, en este blog, os estoy dando derecho a humillarme?
Además es mentira. Es mentira que si su madre fuese una persona anónima, con un trabajo de abogada o de dependienta, nadie insultaría a Andrea.
Porque Andreas, desgraciadamente, hay muchas.
Andrea es la niña de gafas a la que llaman cuatro ojos. Andrea es el niño del lunar en la frente del que se burlan en el patio. Andrea es la chica gorda que sufre discriminación cada día. Niños y niñas como Andrea hay miles en las calles españolas.
Un minuto de silencio por el respeto.
Y entonces, para sentirnos concienciados, respetuosos, con superioridad moral, y libres de toda culpa, colgamos en nuestro facebook carteles de letras enormes diciendo: NO AL BULLYNG, mientras en twitter contribuimos al tópico de criticar como deporte nacional.
Con Andrea Janeiro podemos enseñar mucho a nuestros hijos e hijas.
No quiero que mi hija se críe en un país tan hipócrita y con una asquerosa doble moral.
Debemos velar porque las futuras generaciones estén realmente concienciadas en cuanto al acoso.
Debemos enseñar a nuestros hijos que nadie merece burlas, sea como y quien sea.
Debemos enseñarles que todo el mundo tiene derecho a la intimidad, y a contar lo que quiera de sí mismo sin ser o sentirse juzgado.
Que la libertad de expresión no significa poder insultar o reírnos de quien queramos.
La libertad de expresión está para construir, no para destruir.
-2 Comentario-
Muy buena rreflexión Maca, de hecho, ya es muy ruín esperar al día de su cumpleaños para romperle toda su intimidad… hay gente muy mala en el mundo, muy poco empática…
Muack
Es lo más sensato que he leído sobre este asunto desde el día 20 de julio, aunque realmente no he leído nada porque todo pinta ser tremendamente cruel.
La moral de este país está de capa caída, y lo peor de todo es que nadie tener la menor intención en que esto mejore….